Si eres una persona curiosa, seguro que te has preguntado más de una vez cómo se fabrican las cosas. Muchos de los objetos que nos rodean nos llaman la atención, pero en otros como pueden ser las etiquetas de los alimentos, no tanto. Sin embargo, también tienen su historia.
Las etiquetas se imprimen utilizando una plancha de flexografía,en la que está impreso el diseño. Normalmente, estas planchas son muy flexibles y esto permite que se adapten a diferentes materiales. Mediante un sistema de impresión rotativo, las planchas reciben tinta de una forma muy particular a la vez que eficiente.
El sistema de impresión en flexografía
Primero, un rodillo de goma se impregna con la tinta, este gira y la transfiere al anillo anilox. Este anillo tiene una serie de micro huecos en los que se deposita la tinta en las cantidades que se necesitan exactamente. Así, la tinta pasa a las partes de la plancha o cliché donde está el motivo a imprimir en relieve.
Al continuar girando, el cliché imprime el dibujo en el material de la etiqueta y vuelve a girar para recoger una nueva dosis exacta de tinta para imprimir el siguiente material. Como se puede ver, un sistema que depende de que todo gire a la velocidad adecuada y esté perfectamente ajustado.
Un sistema más complicado de lo que parece
Aunque explicado de este modo puede parecer una técnica sencilla, lo cierto es que hay mucha tecnología detrás, ya que es importante que los anillos anilox sean los correctos para que recojan solo la tinta que deben recoger, por poner solo un ejemplo.
Las planchas también tienen que estar perfectamente creadas para que la impresión sea exacta y de calidad y, además, todo debe de hacerse a gran velocidad para conseguir imprimir el mayor número posible de etiquetas en el menor tiempo, para poder ser rentables.
Las máquinas también disponen de tecnologías avanzadas que permiten, por ejemplo, el secado de la tinta para que no se pueda estropear el resultado final. Así, se consiguen etiquetas de gran calidad que consiguen, por ejemplo, transmitir toda la información necesaria, respetar la imagen de la marca y atraer las miradas de los clientes en los supermercados.
La elección del material para las etiquetas también es importante. Los más solicitados son aquellos autoadhesivos que quedan pegados al producto, como son las etiquetas de las botellas de refresco.